Hay personas que definitivamente se prestan para caricatura por sus facciones saltantes y memorables. Esta niña, llamada Anaïs era un duda así.

 

Aunque Pedro solamente tuvo unos días de conocerla, llegaron a portarse con toda una parejita en sus imaginativas historias. Y así como vino, se fue, pero la experiencia pasaría a la colección de memorias más bonitas de su temprana infancia.

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