Profesora Mónica

Algunas cosas son suaves a la vista, incluso cuando éstas mismas tienen una esencia firme.

El trabajo de un profesor es similar al de un entrenador físico: no puede hacer el trabajo por ti, solo puede enseñarte cómo hacerlo y motivarte a que lo hagas.

Esta profesora se llamaba Mónica, una joven profesional que enseñaba a los niños de preescolar las materias elementales. Detrás de su semblante serio se ocultaba una encantadora sonrisa que mostraba cuando se portaban bien. Son importar cuán traviesos eran al inicio, los niños terminaban bien portados y ella muy sonriente después de sólo un par de meses.

¿Tuviste alguna vez un profesor o profesora así?

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