En su día a día, Marjorie vive en mundos muy distintos, pues su trabajo de niñera la lleva de una parte muy adinerada, donde vive Pedro, a otra de escasos medios, donde ella vive junto con su niño. Y pese a eso, trata a ambos niños con el mismo cuidado y cariño. La calidad de las personas no se mide en dinero.